Conocía el concepto, pero no sabía su nombre: “coeficiente de caja”

Normalmente, uno piensa que su dinero está mejor guardado y protegido en una caja de ahorros o en un banco. Esto es cierto en la inmensa mayoría de los casos. Sin embargo, uno no debe caer en el error de pensar que nadie va a tocar su dinero. El dinero inmovilizado no genera beneficios, y a los bancos les gusta tener beneficios, así que utilizan el dinero de la gente para realizar inversiones (y aquí incluyo el dinero de las cuentas corrientes). Suena algo contradictorio ¿no? Depositas tu dinero en la cuenta, para tenerlo siempre disponible, y resulta que ellos cogen ese dinero y lo invierten por ahí.

Analicemos un poco el tema. Si los bancos cogieran todo el dinero de sus clientes para invertirlo, podrían producirse fallos de liquidez. ¿Qué es un fallo de liquidez? pues que el banco no podría darte el dinero en metálico.

¿Que os parece? Sería cuanto menos chocante llegar un día a tu banco, con la intención de sacar algo de tu cuenta de ahorros, y que te dijeran que lo sienten mucho pero que no tienen el dinero, que está invertido en alguna parte, o peor aún, que han realizado una mala inversión y han perdido tu dinero.

Con el fin de evitar que existan estos fallos de liquidez, los bancos adoptan ciertas medidas de control del dinero. Una de estas medidas consiste en no invertir todo el dinero, con lo que siempre disponen de una cantidad mínima de dinero con la que satisfacer las demandas de los clientes. El concepto es sencillo:

“el banco mantiene un porcentaje del dinero inmovilizado e invierte el resto

A priori uno puede pensar que lo lógico (desde el punto de vista de un cliente) es que la mayor cantidad de dinero está guardada y que sólo se invierta una pequeña parte del dinero de éste, puesto que de no ser así, el banco no podría satisfacer las necesidades de sus clientes. Nada más lejos de la realidad. En la zona Euro, y concretamente en España, las entidades bancarias están obligadas por ley a depositar el 2% del dinero en el Banco Central Europeo (en adelante BCE), como medida para garantizar la liquidez. Este porcentaje que el banco no puede tocar, se denomina coeficiente de caja.

Por ejemplo, si vas a un banco y depositas 10.000 euros, el banco depositará 200 euros en el BCE y tendrá 9800 euros para invertir el dinero en lo que él quiera!!

Y ahora viene la frase típica que alguna vez habreis escuchado, es algo como:

“si todo el mundo fuera a la vez a sacar su dinero del banco, el banco no podría devolverte tu dinero, entre otras cosas, porque no lo tiene, y además se iría a pique”

Efectivamente, así ocurriría.

Para más información:

Teoría de juegos

La teoria de juegos es un área de las matemáticas que se ocupa de buscar y estudiar la solución a ciertos problemas de decisión. Dicho de otro modo, trata de buscar patrones en las estrategias que se emplean a la hora de abordar cierto tipo de problemas de decisión.

Esta teoría se empezó a desarrollar durante el siglo pasado, y desde entonces ha encontrado aplicaciones en campos muy diversos, principalmente economía, pero también filosofía, estrategia militar, negociación, biología, …

El dilema del prisionero

Uno de los problemas que se estudia en la teoria de juegos es el dilema del prisionero, cuyo enunciado es el siguiente:

“Dos sospechosos son arrestados por la policía. No hay pruebas suficientes para condenarlos, y tras haberlos separado en distintas habitaciones, la policía los visita por separado y les ofrece a ambos el siguiente trato: Si uno de los dos confiesa y su cómplice no, entonces el cómplice cumplirá la máxima condena de 10 años, mientras que el confesor será liberado inmediatamente; por otra parte, si ambos confiesan, entonces ambos recibirán una condena compartida de 5 años cada uno; finalmente, si ambos optan por no hablar, sólo serán condenados a 1 año de cárcel cada uno.”

Como veis, los presos se encuentran ante un problema de decisión. Tienen dos opciones, o confiesan y traicionan al segundo sospechoso, o callan y “cooperan” con él.

Si fueras uno de estos dos presos ¿qué harias?

Si confias en tu compañero, la mejor estrategia para tí es traicionarle, pues tu compañero se chuparía 10 años de cárcel mientras que tú sales libre. Por otra parte, si no confias en tu compañero y crees que te va a traicionar, resulta que tu mejor estrategia también es confesar, pues tu pena pasaría de 10 años a 5.

Es decir, si el problema se analiza desde el punto de vista egoista, la mejor estrategia para ambos será la traición, con lo que si ambos hacen el mismo análisis ambos pasarán 5 años en la cárcel. Sin embargo, lo mejor que te puede pasar con este análisis es que quedes libre, lo cual es muy bueno para ti.

Por otra parte, si se analiza desde el punto de vista del beneficio común, y piensan ambos presos en lo que sería lo mejor para los dos, entonces la mejor estratégia es permanecer en silencio. En este caso ambos cumplirían 1 año de cárcel, que es mucho mejor que pasar 10 o 5 años.

Básicamente, la conclusión que se obtiene, si dejamos el tema psicológico a un lado, es que por separado los presos van a salir perjudicados, sin embargo, si cooperan pueden llegar a una solución que “beneficie” a ambos, ya que su condena, en conjunto, se reduce drásticamente.

Ahora bien, supón que te detiene la policía junto con otro supuesto delincuente, y se te plantea este dilema. Estais en celdas separadas y os ofrecen la posibilidad de acusar al compañero, ¿qué haces?

¿te quedas en silencio?

o…

¿lo traicionas?

 

Enlaces relacionados

Actualización: un ejemplo claro de cómo se aplica este juego en la vida real es por ejemplo el tema de los cárteles. Los cárteles son acuerdos o convenios entre empresas del mismo sector, normalmente de fijación de precios. Resumidamente el tema es que recientemente ha salido una ley en España que promueve la denuncia por parte de las propias empresas que tienen estos acuerdos, ya que quien denuncia se libra de la sanción. Para más información y entender de qué se trata, podeis consultar los siguientes enlaces:

Reducir, Reciclar, Reutilizar

Definición del problema:

He leído hoy una noticia de El País titulada “Adiós a la bolsa de plástico. ¿Llega la de almidón?“, que está relacionada con el grave problema medioambiental que existe respecto a las bolsas de plástico.

En resumidas cuentas, el problema es debido a que el uso de las bolsas de plástico está ampliamente extendido. Utilizamos miles de millones de bolsas al año (y no exagero), y resulta que el plástico es un material que tarda mucho en deteriorarse.

Ahora mismo estamos llenando el mundo de bolsas de plástico, bolsas, que hasta dentro de como mínimo 100 años, van a estar pululando por ahí, con los problemas que ello conlleva. Y dicho sea de paso, se utiliza petróleo para fabricarlas.

Por lo visto se está pensando en solucionar el problema. Las soluciones de las que yo tengo constancia, y que vienen reflejadas en el artículo, pasan por alguna o varias de las siguientes opciones:

  • cobrar por las bolsas de plástico
  • crear bolsas de almidón de patata para sustituir el plástico
  • prohibir las bolsas de plástico
  • realizar campañas de concienciación para que la gente reutilice sus bolsas
  • crear bolsas de plástico, más grandes y resistentes que puedan reutilizarse e incluso utilizarse para depositar la basura

La crítica a las soluciones actuales:

Bien, aunque la intención es buena, creo que todas las propuestas presentan sus inconvenientes, así que, lo que voy a hacer es criticarlas y comentar, lo que en mi humilde opinión, podría ser una solución al problema.

Por ejemplo, si se empieza a cobrar, digamos 15 centimos de euro por bolsa, al principio la gente se volverá reácea y no consumirá tantas bolsas, pero con el tiempo le dará igual pagarlo, porque no es un coste demasiado elevado (quien no me crea puede consultar el caso de Irlanda). Tendría que cobrarse una cantidad muy elevada para que la gente no comprara bolsas; ésto sería equivalente al caso de prohibirlas, pero tampoco creo que prohibir algo que ahora mismo es de uso masivo sea la mejor solución, puesto que las bolsas de plástico cumplen una función importante, permiten transportar las cosas de forma cómoda.

Las campañas de concienciación se vienen llevando a cabo desde hace mucho, y ¡no funcionan! Sólo hay que ver el consumo actual para darse cuenta de ello. Así que, o la gente que hace las campañas no tiene ni idea (cosa que dudo mucho), o las ventajas de utilizar bolsas de plástico supera con creces los cargos de conciencia que crean estas campañas.

Por otra parte, crear bolsas de almidón de patata como sustitución a las bolsas de petróleo presenta el problema de que haría que el precio de las patatas se disparara (como está ocurriendo ahora mismo con productos básicos como el pan y la leche).

Y por último, crear bolsas de plástico más grandes y fuertes y que puedan ser reutilizadas… bueno, las de ahora también pueden ser reutilizadas, es más, estoy seguro que ahora mismo, la mayoría de la gente tiene en su casa alguna bolsa que podría reutilizar cuando va a hacer la compra, pero no lo hace.

Estos métodos de concienciación y reutilización de bolsas no funcionan, y no lo hacen por una razón muy sencilla:

La gente busca la comodidad y el ahorro.

Digo yo que la solución deberá contemplar estos aspectos que definen el comportamiento de la mayoría de la población.

La solución:

Partamos de que la gente utiliza las bolsas para transportar cosas. La primera cosa que hay que asumir es que mientras exista la necesidad de transportar las cosas, las bolsas serán indispensables. El problema de reutilizar bolsas, es que tienes que llevar una o varias encima siempre. Yo no veo factible que la gente tenga que ir siempre cargado con dos o tres bolsas, por si va a comprar al supermercado, o a una tienda. A lo mejor pasas por al lado de una tienda y ves unos zapatos que te gustan y decides comprártelos. No tienes por qué tener una bolsa en ese momento. El hecho de suponer que siempre debes ir con una bolsa por ahí no tiene ni pies ni cabeza. Es añadir una complicación a algo que actualmente no la tiene.

Ahora la pregunta es, ¿existe alguna forma de que la gente siga utilizando las bolsas cómodamente, sin que ello perjudique sus bolsillos, ni los de las empresas?

La solución que se me ha ocurrido pasa por crear bolsas resistentes y que puedan ser reutilizables, y sería ideal si pudieran reciclarse de algún modo (¿bolsas de papel reciclado? ¿bolsas de tela? … ¿alguien da más?).

Lo que propongo se divide en los siguientes puntos:

  • el estado crea estas nuevas bolsas
  • el estado pone un precio simbólico pero significativo por unidad, y además el precio no es negociable (por ejemplo 1 euro, o incluso 2 euros)
  • el estado elimina los impuestos asociados a la compra-venta de las bolsas
  • por ley, se obliga a los establecimientos a usar estas bolsas
  • tanto los establecimientos como sus clientes pagan por la adquisición de una bolsa
  • el estado crea centros de intercambio, donde tanto clientes como establecimientos pueden: comprar bolsas (pagando el precio fijado por el estado); devolver bolsas (obteniendo de nuevo los ingresos); o cambiar las bolsas deterioradas (ya sea por bolsas nuevas o por dinero)
  • el estado se encarga de asegurar el suministro de bolsas así como el reciclaje y renovación de las bolsas deterioradas
  • por ley, se obliga además a que cualquier establecimiento actúe como pequeño centro de intercambio para los clientes

Dadas las similitudes que tiene este método con el funcionamiento del dinero, llamémosle, por simplificar, las bolsas moneda (realmente las bolsas vienen a ser como un préstamo sin intereses).

Igual parece mucho follón de reglas, todas tienen su razonamiento. En cualquier caso, sin entrar en detalles, las reglas de uso cotidiano son supersencillas.

Bueno, para el que se pierda en los puntos anteriores y no crea que son sencillas, a continuación va un ejemplo del uso cotidiano de la bolsa moneda.

Para el ejemplo, vamos a suponer que el estado ya ha fabricado las bolsas moneda, y ha hecho las leyes indicadas anteriormente. Se ha prohibido el uso de la bolsa de plástico corriente; el precio de la bolsa moneda es de 1 euro la unidad; está exento de IVA en las transacciones; los centros de intercambio han sido creados (digamos que de 5 a 10 puntos de intercambio en cada una de las provincias).

Ejemplo: Punto de vista del cliente

Voy al supermercado a comprar, y resulta que no tengo bolsas. ¡¡No pasa nada!! si me hacen falta siete bolsas, pues pago los siete euros y problema resuelto. Me voy a casa y ordeno la compra en la despensa y el frigorífico.

Después de descansar un ratito, nuevamente salgo de casa y me voy a comprarme ropa, porque resulta que me hace falta comprarme unos pantalones. Llego a la tienda, y resulta que acabo comprando dos camisetas chulísimas a parte de los pantalones que me hacían falta. Me preguntan si llevo bolsa o quiero alguna, y…Ups!! me he dejado las bolsas en casa!. Bueno, tranquilidad, ¡¡no pasa nada!! Como necesito dos bolsas (una para las dos camisetas, y otra para los pantalones), pues las pago y me vuelvo para casa.

Recuento: Hasta ahora, he necesitado 9 bolsas (7 del super y 2 de la tienda de ropa) y me he gastado 9 euros en bolsas.

Vale, imaginemos que vuelvo a casa con la ropa y decido ir de nuevo al super, porque mi novia me advierte que se me ha olvidado comprar leche y detergente. Así que voy de nuevo al super y compro cinco bricks de leche y el detergente.

A la hora de pagar e irme para casa, nuevamente tengo que comprar otra bolsa, pues se me han olvidado las demás en casa, y para la leche voy más cómodo si meto los cinco briks en una bolsa. Para el detergente, como resulta tiene un asa más cómoda, pues paso de usar la bolsa.

Total, que tengo que pagar una bolsa más (otro euro).

Conforme voy llegando a casa, noto como la bolsa va cediendo, cediendo, cediendo… y cuando estoy a punto apunto de llegar, oigo un BOOOM! la bolsa se ha roto, la culpa es mía, la he sobrecargado. No pasa nada los bricks están bien, aunque de la bolsa no puedo decir lo mismo.

Recuento: Hasta este punto me he gastado 10 euros en 10 bolsas de plástico, y una de ellas está rota.

Resulta que a los 3 días vuelvo a ir al supermercado, que por cierto, está a la vuelta de la esquina, pero esta vez si que me acuerdo de coger las bolsas, así que conforme entro por la puerta, se las doy a una chica muy maja que está de cajera. Amablemente deposita las bolsas en una caja, apartando a otra caja la bolsa rota, y con una sonrisa me devuelve mis 10 euros. Yo por supuesto, también sonrio, pues he recuperado mis 10 euros.
Recuento: He recuperado mis 10 euros y ya no tengo ninguna bolsa.

Ejemplo: Punto de vista de los establecimientos

Por simplificar, asumiremos el caso de un único cliente y seguiremos el ejemplo anterior. Veamos que pasa en ambos comercios: Supermercado y Tienda de Ropa
Supermercado:

Inicialmente pagan 3.000 euros y adquieren 3.000 bolsas.

El primer día llega un cliente que se lleva siete bolsas, abona 7 euros por ellas. Horas más tarde vuelve ese mismo cliente y se lleva otra bolsa, por lo que abona otro euro.

Recuento: el supermercado tiene ahora 2992 bolsas y 8 euros en concepto de bolsas (si en este momento el super devolviera las bolsas a un punto de intercambio, recuperaría 2992 euros, por lo que volvería a recuperar la inversión inicial de 3000 euros).

Tres días más tarde llega de nuevo el cliente, esta vez devuelve al entrar al establecimiento, las 10 bolsas. Una de las bolsas del cliente está rota, sin embargo puede ser devuelta sin problemas pues posteriormente se podrá cambiar por otra nueva en un punto de intercambio. Así que el supermercado abona 10 euros al cliente.

Recuento: el supermercado tiene ahora 3002 bolsas y -2 euros en concepto de bolsas (si en este momento el super devolviera las bolsas a un punto de intercambio, recuperaría 3002 euros, por lo que con el déficit de -2 euros volvería a recuperar la inversión inicial de 3000 euros).

Tienda de Ropa:

Inicialmente pagan 120 euros y adquieren 120 bolsas.

El primer día llega un cliente que se lleva dos bolsas.

Recuento: la tienda de ropa tiene ahora 118 bolsas y +2 euros en concepto de bolsas (si en este momento fuera a un punto de intercambio obtendría 118 euros por las 118 bolsas, que sumadas a los dos euros que tiene, significa que recuperaría la inversión inicial, de 120 euros).

Conclusión:

Como veis, de cara al cliente representa una inversión, pues se trata de pagar un importe que más tarde se le abonará, cuando devuelva las bolsas.

En el caso de las empresas supone un ahorro con respecto al gasto actual, puesto que ahora están continuamente gastando dinero para comprar bolsas con el objetivo de tener siempre un stock de bolsas disponibles. Con este método se trata de realizar un desembolso en concepto de inversión sin intereses, lo cual, no es un gasto como tal. Además, recordemos, está exento de IVA y otros impuestos.

Este método cumple con la ley de las tres erres (Reducir, Reciclar y Reutilizar). Se reduce el consumo de bolsas mediante la reutilización de las mismas, en un mercado donde éstas están en continuo movimiento. Y se recicla, pues una vez una bolsa está deteriorada, el estado se encargaría de reciclarla para crear nuevas bolsas, u otros materiales.

Conclusión de la conclusión:

No se si el planteamiento es nuevo o no, y es seguro que este planteamiento presenta problemas que he pasado por alto, simplemente he querido exponer aquí la idea con el fin de someterla a vuestro juicio y aportar así un granito de arena dentro del debate.

¡Espero vuestros comentarios y vuestras críticas!

Enlaces relacionados:

Ayer varios medios de comunicación se hicieron eco de una noticia interesante: Los problemas que entrañan los biocombustibles.

Lo que a los señores de la UE les parecía una buena idea hace unos años, ahora no les parece tanto. Es lógico si tenemos en cuenta que productos básicos como el pan y la leche ahora cuestan un poquito más, y parece ser que además también se está acelerado la destrucción de las selvas tropicales. Básicamente esto se traduce en problemas sociales (a la gente de la normal le cuesta más hacer la compra) y en problemas medio ambientales (si se destruyen los bosques salimos perjudicados a largo plazo). De estos dos problemas es de lo que se han dado cuenta estos señores.

Ley de vida, si se destina parte de la producción de trigo, cebadas y oleaginosas para la creación de biodiesel y bioetanol, entonces la oferta que antes existía para el sector alimenticio disminuye, y en el momento que hay más demanda que oferta, los precios suben.

Alguno se preguntará, vale, lo del pan lo entiendo, se utiliza trigo para hacer pan, y si el trigo sube,  sube la harina y es normal que suba el pan. Pero, ¿la leche, o los huevos? La respuesta hay que buscarla en los productores de leche y huevos. La leche la producen las vacas, y los huevos las gallinas, y ambos tienen que comer para poder generar estos productos, y si el pienso que comen resulta que se encarece, pues mantener estos animales se encarece; total, que al final tenemos un producto final más caro.

Lógicamente la cosa no acaba aquí, ya que en la economía todo está muy ligado. Si se encarece la leche, todos los productos derivados de la leche también se encarecerán, puesto que los vendedores tienen que mantener unos márgenes, así que los yogures, natillas, productos de repostería (que también usan harina y leche), etc… también se encarecerán. Glups! y si se encarece todo esto… probablemente se encarezcan muchas otras cosas… Y me pregunto yo, ¿será una falsa alarma lo del incremento del IPC en 4.2% (como decía el gobierno)?

Al final no es de extrañar que a mucha gente Enero se le venga cuesta arriba. Entre los regalos de navidad, el encarecimiento de los productos básicos, subidas del precio de agua y electricidad, subidas de gasolina, subidas de tipos de interés, …

¿dónde vamos a ir a parar?

Al final lo último en subir es el sueldo

 

 Blogs relacionados:

Para más información sobre los problemas de los biocombustibles:

Sobre el encarecimiento de productos básicos: